Por decisión y apoyo incondicional del entonces virrey Manuel Amat y Juniet, aportar anualmente desde el año de 1764 hasta 1776, 150 pesos de la época como limosna para la construcción del nuevo Templo de Nazarenas, llegando a duplicar en la cuaresma de 1775 la limosna. También colaboró en todos los estudios técnicos de los planos de la obra, la inspección de la construcción y todos los permisos necesarios para que finalmente fuera inaugurada el 21 de enero de 1771 ante el júbilo de las Madres Nazarenas como el pueblo de Lima. Cabe resaltar que la idea originalmente fue de Micaela Villegas "La Perricholi", quien era devota del Señor de los Milagros, y un buen día visitó la ermita y al verla en lamentable estado, decidió levantarle un Templo digno para su culto, e hizo las coordinaciones con su pareja sentimental el Virrey Amat y se ejecutó la obra, con recursos propios, y del pueblo limeño.
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